Hola compañero de cruz roja, buenas tardes,
me animaré a contaros mi historia en estos días como voluntaria en el COVID-19,:
Tras un tiempo como voluntaria, antes había sido con niños en cáritas, una gran experiencia, y desde entonces hasta ahora en cruz roja no había tomado mi actividad como voluntaria, me apunte a cruz roja, pues me gusta su labor, cuando me avisasteis para que me apuntaría a la labor especial del covid-19, seleccioné la opción telefónica, me gusta comunicarme y por mi trabajo comercial, ahora en esta pandemia, teletrabajo, lo cierto es que me gusta hablar con la gente y poder ayudarle a traves de una conversación telefónica, y más en estos momentos de confinamiento en que las personas más vulnerables necesitan expresar sus inquietudes y miedos…, en mi trabajo diario, cuando llamo a clientes, en ocasiones, lo que a veces ocurre es que la conversación pasa de ser comercial, a personal, la gente es receptiva a la llamada comercial, que acaba siendo una conversación de dos personas que necesitan una relación social y comunicarse con otras personas, especialmente las personas que viven solas, o aún acompañadas que se sienten en soledad,en fin estas personas aún estando pasando un momento angustioso, por la situacion del Covid-19, aún sintiendose o estando solas en su hogar, al menos tienen recursos para su vida diaria, las necesidades básicas cubiertas, el primer sábado en el voluntariado de Covid-19 de Cruz Roja, hablé con personas en riesgo, vulnerables, por su situción socioecónomica y su estado de salud, debido a su edad, y recibes el mensaje de la injusticia, e intentas darles ánimos, me sorprendió la llamada en la que me contestó un chico que estaba como en shock, pues me contó que su madre y él estaban en cuarentena desde antes del decreto, al comienzo de la pandemia, por haber tenido contacto con personas enfermas, y que su hermano estaba ingresado, y que su cuñada también estaba igual que ellos, y que ya no les podía ayudar a su madre ya mayor y enferma y a él, y que no sabía que hacer pues necesitaban alimentos y medicina, asi que les proporcioné el teléfono donde les brindarían la asistencia que les haria falta, y él me contestó; ah claro, y me dió las gracias, el chico estaba desesperado porque veia que se estaban quedando sin viveres y medicina, pero no reaccionó a pedir ayuda, y al acabar la conversación, respiré ondo, y me di cuenta de lo necesario que es el apoyo de Cruz Roja, en momentos como los que vivimos, en los que las personas más vulnerables a veces no reaccionan ante el miedo imagino, que les paralizó…en fin, tampoco quiero desanimaros con otras llamadas que entraron, lo cierto es que después del fin de semana de voluntariado, me di cuenata de lo afortunados que somos una fran cantidad de personas, que aún confinados, trabajamos, tenemos necesidades básicas cubiertas, salud y la compañia de los nuestros, en casa y a traves del teléffono, asi que preguntais desde esta propuesta de que contemos entre otras cosas, que qué hemos aprendido, una de las cosas, que a pesar de lo duro del confinamiento, aún lo seguimos teniendo todo aquellos que contamos con medios ecónomicos para ir tirando y una familia y amigos en quien apoyarnos aunque sea en la distancia, y la salud para poder seguir luchando con los nuestros, y con el resto de convecinos, también aprecié que hay gente que nunca cambia, pese a que vivamos una situación de máxima sensibilidad hacia los demás, y que aún asi, debemos de seguir e intentar hacerles ver otra visión de las cosas, que por intentarlo que no sea…, mi principal desafio es mantener el ánimo para que los demás no decaigan, y saber respirar ondo unos minutos si hace falta, para seguir con la tarea diaria… cada una la que nos toque… e igualmente como voluntaría, saber oir a la persona que llamo y ayudar en la medida de lo posible a las más vulnerables y necesitadas, y hacerles mantener la fe de que pronto recibirán ayuda, o el momento de que esto acabe, poder transmitirle entusiasmo en la medida de lo posible a cada persona…lo que he visto por primera vez como voluntaria ha sido la desesperación de una forma… no sé como expresarlo… digamos que la desesperación abstracta… porque es difícil a veces saber el punto de necesidad de afecto, compañia, alimentos, confort básico en estos días de frio…, unido a la desesperación del confinamiento… ese es un gran desafio, hacerles sentir a las personas con la que me comunico que esto y su situación cambiará… a mejor, asi que creo que la esperanza, la fe, la pasión en estos momentos no debe de faltarnos, pues a veces una llamada corta de un minuto por el voluntariado de Cruz Roja, es todo un mundo para las personas desprotegidas… os animo pues a todos los que compartis experiencias en los diferentes departamentos del voluntariado en cualquier lugar o aquí en Cruz Roja, a seguir hacia delante con los momentos que podais dedicar, pues no hay nada mejor para un voluntario, que sentir que su pequeña aportación sirvió de gran ayuda, eso debe ser un gran motivo de orgullo para todos, las personas a las que ayudamos seguro que así lo pensarán. Ánimo y a seguir con entusiasmo. cada labor que realizamos es necesaria para algunos. Fuerza y un gran abrazo para todos, Mariana.